La Extremadura

Veo la piel agrietada por los sueños,
una desesperanza inducida como morfina,
y las manos esclavas de lo sí nominado
que son escondidas tras las cifras de lo impune.

No tienen rostros sino máscaras
con las imágenes de su cultura aniquilada,
de sus derechos pisoteados
sin voz que pueda ser escrita
y sin el grito
que amordazaron como bestias animales.

No tienen nombre sino números
que cuentan el silencio que los invade,
el desasosiego que los paraliza
y la resignación sin mañana.

Y esos ojos que me miran……
no puedo ya mirarlos con los ojos del olvido
naturalizando el crimen de nuestra historia.
Y escuchando la política tras cortinas,
los arreglos comprando la rebelión del pobre.
Los miro y presiento su dolor encrucijado,
entre la cuna de hambre,
y el Dios que los castiga.

Y esos ojos que me miran……
huelen a miseria que guerreando quedó desparramada
en la “tierra prometida”,
oteada desde la vereda del frente por los turistas
mirando la vida pobre de “los otros”,
degustando el exotismo del ser exiliado
y consumiendo su folklore como gesto de idolatría.

Y esos ojos que me miran…….
ya no los miro con ojos de indiferencia.
Veo la piel agrietada y ardida por los sueños,
veo,
la extremadura.


Esta gema fue escrita por
Mariú Rayó - Va. Regina, Río Negro
2006